lunes, 2 de febrero de 2009

... Líbranos de todo ideal

lunes, 2 de febrero de 2009

Vivimos en una época y una ciudad llena de posibilidades. Quizá faltan oportunidades pero cada quien puede hacer y ser lo que quiera. No hay castas ni legados familiares. No hay oficios heredados ni tampoco necesidades impuestas. En la mayoría de los casos el individuo elige sin patrones determinados. Ciertamente se puede decir que somos individualistas. Lo cual me lleva a pensar en los tiempos pasados. Antes la persona vivía una vida heredada. Si tu padre era carpintero, lo más probable es que tu fueras carpintero, o rey o abogado. Cualquiera que fuera el oficio familiar. Profesabas una religión impuesta y condenabas lo diferente. Ahora somos tan “tolerantes” que ya nada es así. Sin embargo, ahora también carecemos de ideales. Una pasión tan fuerte que hizo a un hombre dejar de comer, a otro matar judíos y a muchos otros tratar de conquistar el mundo. La historia los ha condenado o congratulado dependiendo del resultado de sus acciones pero, como sea, son para nosotros iconos del ideal. ¿Se puede ser idealista e individualista al mismo tiempo? Si bien es cierto que vivimos en una época en la que el desarrollo personal no involucra sentimientos ajenos, también es cierto que hoy en día son pocos –ninguno que yo conozca- quienes pueden decir que darían su vida por algo. No digo que esto sea un resultado directo del individualismo sino la combinación de factores. Ya no queda nada por inventar, lo que no es malo engorda, lo que antes era inombrable ahora es alternativo. Estamos inmersos en la bien llamada cultura light. Estamos tan desapegados del resto que la mayoría de las acciones personales pasan inadvertidas por la multitud. Ya nadie sueña con cambiar el mundo y lo que queda de aquellas ondas subversivas esta estampado en playeras multicolores o en decoraciones de consultorio. ¿Qué fue del Ché Guevara, de los impresionistas, de “La Trevi”? ¿Dónde han quedado aquellos atrevidos a ser diferentes y no tolerados? ¿Será que los nuevos individuos subversivos son los emos? La infinidad de posibilidades nos está volviendo indiferentes, apáticos y muy cínicos. Si todo es x es porque nada nos importa. Las opiniones no tienen porque quedarse en las editoriales de los diarios o ser elaboradas por los llamados “expertos en el tema”. El individualismo no excluye al idealismo. Digo idealismo a falta de una mejor palabra y no me refiero a la corriente filósofica de Kant, sino al cobate por los ideales. A defender otros valores por encima de la vida. A vivir con pasión, con intensidad por la creencia en algo más. Deberíamos ser más apasionados por ser más individuales. Deberíamos tener más pasiones al tener más posibilidades. Me parece inconcebible que los héroes se queden en las caricaturas. Que vivamos la vida de manera tan real. Lo importante no es cumplir con el ideal sino tenerlo, serlo. Ser un ideal. Amanecer todos los días pensando en que mi opinión vale la pena. Que actuó confome a lo que pienso y que pienso lo que siento. Y eso, eso es tan poderoso que genera cambios. Así, hemos evolucionado. La historia, las revoluciones, los comics o los cuentos de hadas están llenos de ideales. Crecimos inmersos en ellos y ahora los tenemos olvidados. Es hora de recuperar la pasión por el ideal. Cuando alguien se refiere a otro como “intenso” este debería tomarlo como un cumplido y no como un insulto.  No es malo ser intenso, ser intenso quiere decir que crees en algo lo suficiente como para pelear por ello.

 

Yo digo, se consistente, se tenaz, se alguien fundamentado. Pelea por lo que crees y argumenta lo que piensas. Sé lo más intenso que puedas ser. El individualismo per se no es algo negativo, simplemente le hemos dado un mal uso. Vivir en una época como la nuestra ha sido resultado de la pelea por los ideales de muchos grandes hombres y mujeres determinados a lograr un espacio plural donde hoy nos desarrollamos de manera abierta. Ser individualista debería ser el equivalente a tener el poder de volar. Volar con rumbo, tener una meta, vivir sin temor a que me hieran. La idea con pasión es fortaleza. De otra forma ¿qué es lo que vale de la vida? 

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